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viernes, 7 de octubre de 2011

EVOCACIONES MEZQUITANAS-26


26

Las bestias de arado y carga daban vueltas a la iglesia


Por S. Antón, el fulgor nocturno de las hogueras. La procesión de las bestias de carga alrededor de la iglesia, con plegaria incluida para que el Santo anacoreta las librara del mal. No hay mal de soledad en Mezquita. Por ello, no existían las mascotas y animales de compañía prisioneros.

Cierto, cierto los burros se atan al pesebre y las reses se encierran en el corral o en la paridera. Y el pobre cerdo en la choza oscura. Y la perdiz o perdigacho, reclamos, se encierran en la jaula. Son animales domésticos que ayudan a sobrevivir en la aldea. Aquella relación horizontal. Compañía que aleja soledades urbanas de ascensor de claustrofobia.

Las hogueras de S. Antón. Las patatas a la brasa cuando el esplendor amaina. La hoguera de la plaza,  como la falla fuera de concurso de la plaza del ayuntamiento de Valencia. La hoguera más grande.

La hoguera del callejón del tio Cipriano, en el barrio de El Castillo, la más pequeña, la más entrañable. La más alegre.

Qué noche la de S. Antón para los zagales que, por el día, han arrastrado aliagas y maleza para aumentar la pira. Qué sencillez, qué humilde contentamiento, qué sobria plenitud.

Qué mañana de S. Antón cuando la nevada, que no impedía que, con dificultad, se sacara a las caballerías para dar vueltas alrededor de la iglesia. Las bestias resbalan por las pistas de hielo. Y el zagal con sus abarcas.
Protector delos animales

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