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miércoles, 1 de agosto de 2012

DAVID HERRERO CONESA, VETERINARIO-5


David Herrero Conesa, veterinario


David Herrero en su plena madurez






--Nace en Mezquita de Loscos el 14 de febrero de 1923. En la ya lejana década etiquetada como la de “los felices años veinte”.

Mezquita de Loscos
--A los setenta y cinco años, fallece en Zaragoza en 1998 cuando ya agonizaba el siglo XX. Un estupendo testigo del siglo pasado, con acontecimientos importantes. Muchos de ellos desafortunados.
--Su padre, D. Mariano Herrero, personaje de mucha prestancia en Mezquita, adquirió cierto relieve en la comarca, y, de alguna manera, anticipó la profesión veterinaria de su hijo David. A  D. Mariano se le recuerda como comerciante en ganado. Él mismo era dueño de uno de los rebaños importantes del pueblo. Le sobrevivió su esposa, Francisca Conesa, estampa muy presente y muy querida en Mezquita.
--Once años tenía David cuando sus padres dispusieron que su hijo estudiara en Zaragoza. Por ello, quedó interno en los Escolapios de Conde Aranda, siempre uno de los colegios más importantes de la ciudad. En ese centro adquirió el título de Bachiller.
--Pasó a la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza. Se da la circunstancia de que el bachiller David y ya universitario, no tenía la edad adecuada para una enseñanza presencial. Tan bien le habían ido los estudios primarios y medios. Por ello, no le quedó más remedio que hacer libre el primer curso de carrera, con la dificultad que ello supone.
--Los estudios de veterinaria los acabó en el año 1944. De inmediato, oposiciones a Veterinario Titular.
--Su primer destino, el pueblo turolense de Pancrudo.
--Pronto pasó a Loscos en comisión de servicios. A D. Mariano, su padre, no le gustaba Pancrudo porque por allí rondaban los maquis. En Loscos, permaneció unos cuatro años. Precisamente, pasado algún tiempo, D. David contrajo matrimonio con Petra Colás, de familia bien conocida en el lugar, amable y acogedora, como el propio David. A  Pilar, su hija, profesora en el Colegio Santo Domingo de Silos, debo los datos de este bosquejo biográfico. Gracias, Pilar.
--De Loscos, el veterinario D. David pasó a Villanueva de Jiloca.
--Daroca, durante muchos años, hasta 1983, va a ser el centro de su actividad veterinaria. La tarea era inmensa. Veterinario Titular, además de Daroca, de otros dos Partidos Judiciales. Villafelliche y Báguena. Total, 21 pueblos.
Antes de que se generalizara la mecanización, las caballerías, en la familia, eran la energía esencial para las labores. Había que cuidarlas con mimo. Y esto es lo que hacía David, el albéitar de vocación, tan  necesario en aquellos pueblos. Como la del cura y el médico. Cuántas historias a recoger de aquellos años y paisajes. Si David hubiera escrito sus memorias…
--Lo que sí escribió D. David fue “Tratado práctico de las enfermedades del ganado lanar”. Y bien tuvo ocasión de practicar porque la Comunidad de Daroca siempre fue ganadera. Y no olvidemos. Su padre, ganadero y tratante de ganado.
--En Aragón, fue pionero de la inseminación artificial aplicada al ganado bovino. Importante dato a tener en cuenta.
--En 1983, tomará posesión de su último destino en Zaragoza. Veterinario Titular en Zaragoza donde había estudiado y  donde, al fin, se jubiló. Entre otros menesteres profesionales, D. David ejerció su oficio en la mismísima Plaza de la Misericordia. Puesto de no fácil acceso.
--Daroca, durante muchos años, fue su centro vital y familiar . Y su casa, cómo no, de acogida. La presencia de David, D. David, en esa hermosa ciudad de tanta historia, era una costumbre como sus murallas, San Cristobalón o los mismísimos Corporales. Daroca, la capital que fue de la Comunidad y Aldeas. A ella perteneció Mezquita, su pueblo.
--Por ello, no es de extrañar, que fuera Daroca la que le rindió homenaje cuando dejó su profesión de albéitar después de tantos años haciendo el bien a las bestias, imprescindibles en la subsistencia de aquella entrañable ruralidad. Se lo merecía. Para ese homenaje, muchos de los que le querían se reunieron en el Hotel Daroca. El propio ayuntamiento fue el organizador de tal encuentro.
--Vida profesional excelente, relaciones humanas superiores. Porque David era, ante todo, hombre de bien. Debía gozar con esa faceta de su personalidad. Testimonios podríamos encontrar abundantes.
·         Lo recuerda un niño del hospicio de Zaragoza que recibía, con frecuencia, la visita del futuro veterinario, siempre con alguna chuchería para ofrecer a la criatura.
·         Compasión por las bestias y, sobre todo, por sus dueños. No dudaba en adelantar el dinero para comprar el tratamiento adecuado a la dolencia de la caballería. Era consciente de cuánto suponía la vida de un mulo –macho lo llamaban en la región- para la economía familiar.
--D. David que cultivó la amistad y la acogida como nadie. La puerta de su casa darocense estaba siempre abierta para todos. Cuánta generosidad. Cuánto afecto empezando por los más próximos, su esposa Petra y su hija Pilar.
--La amistad con su paisano P. Ángel Pastor, que ya hemos biografiado, es digna de resaltar. El ilustre escolapio acostumbró a veranear, en vez de en el colegio escolapio de de la Ciudad de los Corporales, en casa del veterinario. Su corazón desbordaba de acogida. Además, D. David era un buen conversador.
--D. David quería a su humilde pueblo de nacimiento. Y a sus gentes. Aquella aldea de la Sexma de Trassierra, al pie de los montes y de las Eras. Allí, de estudiante y mientras fue posible, acudía a pasar las vacaciones veraniegas. A Mezquita de Loscos.    
      


Vista de Daroca

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