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domingo, 18 de marzo de 2012

EVOCACIONES MEZQUITANAS-37

37
Llega la cuaresma y la aldea se cubre de tristeza y de ceniza. De ceniza y barro que se amasan con agua de la fuente para poder plantar las birlas las calles para que las mujeres, sobre todo las mujeres, puedan hacer puntería y abatirlas como si de un ejército de soldados de madera de chopo se tratara. Que eso era el juego de bolos, en Mezquita llamadas birlas, billas en Cataluña. Diversión propia de cuaresma que termina con un riau riau y un chocolate con pan de cinta horneado en el horno del lugar la semana anterior.

Juego de birlas
Las birlas es juego de cuaresma, porque en cuaresma hay prohibiciones, como el baile,  que, tal vez, son pecado y condena en la predicadera o púlpito por parte de mosén Francisco Borgas que, sin embargo, su adición al subastau y al guiñote no merecían tacha. El buen cura tampoco hubiera admitido las persecuciones laicas de nuestro tiempo para su costumbre empedernida de liar cigarrillos como trancas.

Las birlas se plantan. Y para que se queden bien plantadas hay que hacer un barro a punto, no muy caldoso ni muy seco. Porque las birlas son mozas largas, o mozos, enfermas de anorexia con poca base de sustentación. Esa es la peculiaridad de esos bolos-birlas. En otros lugares, los bolos, como su nombre parece indicar, son rechonchos con fácil acomodo y no precisan de barro para tenerse en pie.
Juego de bolos
A la comisión de fiestas del 81,  nos tocó batallar, entre otras cosas, por recuperar costumbrismos. Y aquel verano pudimos ver cómo las mujeres intentaban derribar aquellos mozos de madera plantados en el barro. Fue el bueno de Vicente quien, con pocos medios y mucha paciencia y pericia, fabricó las birlas que siempre han de presentar cierta apariencia erótica.

1 comentario:

  1. ¿81,81? Pues esas fueron quizás las últimas vacaciones que pasé en Mezquita y me parece que mi padre Fernando, formaba parte de la comisión.

    Un saludo y gracias por tan buenos recuerdos

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